CUENTO CON ACTIVIDADES: EL LAGO DE LOS CISNES
- Resumen del cuento: El cuento trata de una clase de tercero de primaria, y narra una historia nada sexista sobre futbolistas chicas y chicos bailarines.
- Autor: Fernando Lalana.
- Editorial: Bruño.
- Año: 1997.
- Edad recomendada: a partir de 7 años.
Érase que se era, hace
muchos, muchos, pero que muchos años, un equipo de fútbol más malo que el sebo,
compuesto por los chicos de la clase de 3º A.
Como decía, corría el
año de la pera. Y ocurrió que, al acercarse la fiesta de fin de curso, las chicas
de la clase de 3º A desafiaron a sus compañeros a disputar un partido. Sí, sí:
habéis oído bien. ¡Las chicas retaron a los chicos! ¡A jugar al fútbol! ¡Qué
osadía, madre mía!
La noticia corrió por
todo el reino y hubo una gran expectación. Gentes de todo el colegio acudieron
a contemplar el partido. Y, desde remotos lugares, llegaron también padres, madres,
dragones, profesores y toda suerte de extrañas criaturas…
Ambos equipos jugaron
un reñido encuentro. Pero… cuando el árbitro dio el pitido final, el marcador reflejaba
un aplastante, vergonzoso, inexplicable 5-1.
El vestuario masculino
era un pantano de lágrimas y lamentos cuando entró el conde Pedrolo, hecho un
basilisco.-¡Qué vergüenza…! –gritó-. ¡Qué bochornoooo! ¡Habéis dejado que os
gane un equipo de nenaaaaas!¿Dónde se ha vistooooo?
-Es que esas “nenas”
juegan de maravilla, papá –contestó Pedrito, el delantero centro. -¡A callar,
insensatooo! ¡Has mancillado el honor de los hombres de esta familiaaa! -¿El
qué? -Su hijo tiene razón, don Pedrolo –le defendió Alfonsito, el lateral
derecho. No hay quien pueda con las chicas.-¡Cómo corren, señor conde! ¡Cómo
chutan! –dijo Pelayo, el portero-.Sobre todo, Leonor Garcigómez, la que juega
de extremo izquierda. ¡Qué bárbara! ¡Mete goles con las dos piernas!
-¡Bastaaa! –bramó el
conde -. ¡No quiero oír más excusas! El año que viene tenéis que ganarlas.
¿Está claro? ¡Tenemos que demostrar que somos mejores que ellas! ¡Hay que lavar
esta afrenta! ¡A entrenar sin paraaar! Y, gritando esto y otras cosas peores,
el conde Pedrolo salió como había entrado: por la puerta.-Pobre papá –dijo
Pedrito-. Vaya disgusto que le hemos dado. ¡Y las cosas tan raras que dice
cuando se enfada!
Todos se habían
quedado muy serios. ¿Ganarles a las chicas?¡Imposible! De pronto, Jaime levantó
un dedo. -¿Y si las retamos a un partido de baloncesto? -¿Qué dices? –replicó
Juan-. ¿Es que no te has fijado en lo altísimas que son? ¡Sería mucho peor que
lo de hoy! ¡Nos meterían cien a cero! ¡Doscientos a cero! ¡Ni pensarlo!
Carlos miró a sus
compañeros.-Pues ya habéis oído al señor conde: tenemos que encontrar algo en
lo queseamos mejores que ellas. Entonces, Pedrito se puso en pie, con los ojos
brillantes.-¡Eh, chicos! Tengo una idea –dijo. Un año después, habían pasado
doce meses. Y de nuevo llegó la fiesta de fin de curso. Por la mañana, como
siempre, se celebraron competiciones deportivas. El conde Pedrolo, tratando de
echar una mano a los chicos, se puso de portero del equipo. Pero no fue de gran
ayuda.
-¡Parad a ésa, paradla
como seaaa!¡Vamos, que no chute! ¡Qué va a chutar, inútiles! ¡Hacedle faltaaa!
¡Hacedle penaltyyyy!-¡¡¡Goooooooooool!!!Ocho, le metió Leonor al conde. ¡Ocho
goles como ocho molinos de viento!
Y por la tarde, como siempre, función en el teatro del colegio.
El conde, con un genio de mil demonios, acudió acompañado por su mujer, la condesa Isabel.
- Sonríe, Pedrolo, que nos mira todo el mundo.
- ¡Para sonreír estoy yo, después de la “pana” que nos han metido esas niñatas por la mañana!
Primero salieron los pequeñajos. Representaron un cuento en el que un príncipe se enamoraba de una rana.
Y por la tarde, como siempre, función en el teatro del colegio.
El conde, con un genio de mil demonios, acudió acompañado por su mujer, la condesa Isabel.
- Sonríe, Pedrolo, que nos mira todo el mundo.
- ¡Para sonreír estoy yo, después de la “pana” que nos han metido esas niñatas por la mañana!
Primero salieron los pequeñajos. Representaron un cuento en el que un príncipe se enamoraba de una rana.
-¡Valiente tontería!
–gruñó el conde-.¡Un príncipe y una rana! ¡Buoh…! ¿Cuándo le toca a
Pedrito?-¡Chsssst…! No lo sé. Y habla másbajo, hombre… A continuación salió
Carmen de la Cerda, de 3º C. Carmen actuaba en todos los festivales bailando
ballet, vestida con un tutú negro y zapatillas de raso.
-¡Ya estamos…! Las
niñas siempre con sus bobaditas.-Calla, Pedrolo, que te van a oír –le pidió doña
Isabel.“El lago de los cisnes” sonaba a toda pastilla. Carmencita recorría el
escenario de puntillas. El conde, como siempre, bostezaba como el hipopótamo
del zoo. Pero aquel año, los chicos habían preparado una novedad: de repente,
se abrieron las cortinas del fondo y entraron en escena once bailarines. Los
once cisnes blancos. -¡Oooh…! –exclamó el público. -¡Mirad! –dijeron unos.
-¡Ahí va…! –dijeron otras.
Todos los espectadores
abrieron muchísimo los ojos y la boca. El conde Pedrolo, además, se puso de pie
y se llevó las maños a la cabeza.-¡Aaah! –gimió-. ¡Isabel, esposa mía!¡Pero si
es… es…! ¡Es nuestro hijo!-Sí, ya lo veo. Pedrito… y sus compañeros de
equipo.-¡Pero…! ¡Si van vestidos con leotardoooos!-Sí, con leotardos
blancos.-¡Y saltan! ¡Saltan como grillos! ¡Se han vuelto completamente
locos!-No, hombre; están bailando “El lago de los cisnes”. Y yo creo que no lo
hacen nada mal.
Al terminar su
actuación, Carmen y los once cisnes blancos recibieron la mayor ovación en el
colegio. Por desgracia, don Pedrolo no pudo oírla. Dos enfermeros de la Cruz
Roja acababan de sacarlo del teatro con un ataque de nervios.
Han pasado la tira de
años. Leonor Garcigómez y Pedrito se enamoraron, se casaron y son muy felices y
comen muchos regalices. Ella, como ya sabéis, acaba de fichar por el Inter de
Milán. Y él, como todo el mundo sabe, es el primer bailarín del Metropolitan Ballet
de Nueva York. El conde Pedrolo sigue mal de los nervios y pasa largas
temporadas de reposo en un balneario, donde ha aprendido a hacer punto de cruz
y colchas de ganchillo.
Y colorín
colorado…Espero que os haya gustado.
ACTIVIDADES.
Tras
leer el cuento se le plantea las siguientes cuestiones al alumnado, para realizar
una reflexión en grupo:
- ¿En esta historia, qué han aprendido los chicos?
- ¿Qué os parece la decisión de los chicos?
- ¿Por qué se enfada el entrenador?
- ¿Las chicas pueden jugar al fútbol?
- ¿Los chicos pueden hacer ballet?
- ¿Influye lo que nos digan otras personas en nuestros gustos, nuestros juegos…?
Para finalizar,
resaltarles que tanto los niños como las niñas tienen iguales capacidades para
llevar a cabo las mismas aficiones, trabajos, gustos…